Parece
ser ayer cuando todo empezó. Fueron dos largos y esperados años, pero la espera
terminó. Cómo describir este último tiempo de mi vida en el que todo dio una
vuelta entera. Creo que fue un proceso para poder encontrarme, para poder
entender el cambio que recién ahora puedo ver. Pude sentir y vivir una amplia
gama de sensaciones, lloré todo lo no llorado, reí todo lo no reído, y entendí lo no entendido. Debo admitir que todavía me quedan muchas cosas por vivir
y por sentir, pero no puedo dejar pasar esta oportunidad, este cambio, para
confesar todo lo que me tiene tan extraña. En este último tiempo, entendí que
no necesito ser lo que los demás quieren que sea para poder sentirme bien
conmigo misma, me encanta ser quien soy. Entendí que los amigos no son mejores
por el tiempo que llevas a su lado, si no por la calidad de personas que son, y
equivocarme tanto me enseñó a reconocer las personas que quiero que estén al
lado mío, por lo menos en esta etapa de mi vida. Aprendí a que para ser mejor
persona tengo que cambiar ciertas actitudes, ya que nadie es perfecto. También
aprendí que la perfección existe solo si uno está satisfecho con todo lo que
tiene. Amar, ya no tiene el mismo significado que tenía antes, porque para amar
no hay que ser egoísta y antes solo pensaba en mi. Soñar ya no es un delito, es
uno de mis más grandes placeres, siempre lo fue, solo que ahora no me importa
volver. Haber vivido tantos dramas por mentiras, amores y confusiones, me hizo
entender que solo son dramas si uno no quiere encontrarles solución. Ahora digo
lo que siento, y no me siento reprimida. Puedo percibir cuando algo me gusta y
me hace sentir bien, y me hace creer en ello. Mi fe esta puesta en lo que creo
real. Ahora siento que tengo un poco más experiencia de vida y puedo definir quién soy
sin equivocarme. Soy libre y así me siento. Este es el comienzo de mi nueva
etapa de vida, y voy a compartirla con ustedes. Bienvenidos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario