Pienso en la gente con hambre, pienso en la gente con frío, con tristeza, con odio; Pienso en la gente que esta sola, en los que fracasan, en los que les falta amor y alegría; Pienso en la gente sin rumbo, en los perdidos, los que no encontraron un lugar, en los incomprendidos; Pienso en los maltratados, los reprimidos, los ilusionados, los que no saben expresarse; Pienso también en los que dicen demasiado, en los que hablan sin pensar, los mentirosos, los hipócritas, los golpeadores y en los que discriminan; Sigo pensando en los corruptos, los ricos, los ignorantes, los caretas, los infelices y los egoístas. Pienso y pienso, pero es poco lo que uno puede hacer. Pienso en todo y siento un espíritu rebelde y salvador que se filtra por los poros de mi piel, queriendo cambiar el mundo. Siento angustia por cada una de estas personas, siento que yo podría ayudarlos uno por uno para que no sufran, para que sean mejores personas, para guiar a los perdidos, para que no hayan explotados ni explotadores. La empatía esta presente en mi constantemente, llega a ser algo incontrolable a veces, pero no puedo evitarlo quiero servir de algo, quiero que alguien me recuerde por haber mejorado un poco el mundo o por lo menos la vida de alguien. Suena un poco entrometido, un poco controlador y manipulador quizás, pero eso también es algo que a veces se me va de las manos. Mi alma no soportaría haber muerto sin dejar ningún rastro de mi en alguna parte del mundo, y eso es algo en lo que estoy trabajando todo el tiempo. Pero la impotencia que se siente cuando la realidad te golpea contra el piso, saber que no podes salvar el mundo, rozar la revolución y darte cuenta que estas a cientos de kilómetros "creo que ésta sí, es la parte más pesada".
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